Un mujer chechena habla con un soldado ruso para poder pasar por la frontera con Ingushetia.

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El jefe del Gobierno, Vladímir Putin, recalcó que «no hay fecha» para el final de la «operación antiterrorista», como llama Moscú su segunda guerra de reconquista de la separatista Chechenia. Pero inmediatamente tras el anuncio de Putin, el Ministerio de Defensa reveló que la agrupación militar de más de 100.000 hombres que actúa en el Cáucaso Norte recibió la orden de «liberar Grozni de las bandas terroristas».

«El Ejército ha concentrado en torno a la ciudad todas las fuerzas y medios necesarios para llevar a cabo la operación», dijeron fuentes ministeriales. La artillería rusa descargó ayer todo su poderío sobre la capital chechena, en uno de los ataques más masivos a Grozni, donde aún permanecen atrapados entre 15.000 y 40.000 civiles, y los bombardeos continuaron durante toda la jornada.

El primer ministro Putin desmintió que las fuerzas rusas hayan perdido más de 100 hombres en los últimos cinco días en Grozni, como afirmaron fuentes militares rusas a la agencia AVN. A pesar de la rígida censura oficial impuesta a todo informe desde los frentes de guerra, sobre todo los referentes a las bajas, prácticamente todas las agencias y cadenas de televisión informaron de «intensos combates» en suburbios y calles de Grozni. «Los proyectiles cayeron sobre toda la ciudad», declaró el alcalde de Grozni, Lecha Dudáyev, quien añadió el cañoneo fue especialmente intenso en el distrito Zavodskói.

El alcalde agregó que «a diario se libran combates de posiciones en distintos lugares de la ciudad» y precisó que los bombardeos causaron numerosas víctimas entre la población civil y también bajas entre los defensores de Grozni. Ninguna fuente oficial precisó si sigue en pie el ultimátum del Ejército a los civiles de Grozni para que abandonen la ciudad so pena de ser considerados «terroristas» y «aniquilados», y si sigue abierto algún pasillo para su evacuación.