Dusan Tadic, el primer detenido acusado por crímenes de guerra
durante el conflicto de los Balcanes, fue condenado definitivamente
ayer a veinte años de prisión por la cámara de apelaciones del
Tribunal Penal Internacional que juzga ese tipo de casos cometidos
en la ex Yugoslavia.
La sentencia rebaja en cinco años la que dictó el Tribunal el
año pasado, pero demostró una vez más su participación directa en
el asesinato de dos policías musulmanes en Kozarac y su complicidad
en otros cinco asesinatos perpetrados en Jaskici en 1992 (noroeste
de Bosnia).
Tadic, de 44 años, antiguo instructor de kárate y dueño de un
café en su pueblo natal, era sólo un eslabón en la cadena
jerárquica de los serbios, pero se ha convertido en un prisionero
emblemático como protagonista del primer juicio por crímenes de
guerra que se celebró en Europa después del de Nuremberg.
El juez Mohamed Shahabuddeen, que presidió la audiencia de ayer,
calificó los crímenes cometidos por el acusado de
«incontestablemente abominables», aunque admitió que su posición en
la estructura de mando de las fuerzas serbias era «menor».
Tadic no pudo contener las lágrimas al escuchar los argumentos
del juez.
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