La manifestación contó con el apoyo de numerosos intelectuales y personalidades internacionales.

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EFE - VIENA Decenas de miles de austriacos y ciudadanos solidarios de Alemania, Francia e Italia, entre otros países, plantaron ayer cara en Viena a la nueva y polémica coalición de Gobierno gestada por el ultranacionalista Joerg Haider y el democristiano Wolfgang Schüssel, para muchos un traidor oportunista. Pese a las bajas temperaturas y la persistente lluvia, los participantes en el acto rondaron las 200.000 personas, cifra similar a la protesta del «mar de luces» de 1993 contra la política xenófoba de Haider y hasta ahora la más importante registrada en Austria desde la constitución de la II República.

Con pancartas con textos como «Mejor 9-0 contra España que 14-1 contra la UE», «Del corazón al trasero de Europa», «Wolfgang, cerdo traidor» o «Vamos de vuelta a Neanderthal», los manifestantes, armados también con silbatos y tambores, dieron rienda suelta a su imaginación para expresar abiertamente su rechazo a la criticada alianza de los populares (OEVP) y los liberales (FPOE) de Haider. La manifestación, que discurrió en cuatro columnas que confluyeron en las desbordadas Plaza de los Héroes y Ballhausplatz, sede del Gobierno austriaco, contó con el apoyo de numerosos intelectuales y personalidades internacionales, que quisieron expresar personalmente su rechazo a la polémica coalición.

Las críticas no sólo se dirigieron contra el populista Haider, sino también y, sobre todo, contra el nuevo canciller federal, el democristiano Wolfgang Schüssel, al que acusaron de saciar sus ansias de poder a costa de vender Austria a un partido de tintes xenófobos y conducir conscientemente a la república alpina al aislamiento internacional.