McCain llevó ayer la satisfacción de su doble victoria al estado de California.

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JOSÉ A. DELGADO - WASHINGTON Con sus victorias en Michigan y Arizona, John McCain ha vuelto a darle credibilidad a su candidatura presidencial y ha trazado el camino para que el «supermartes» del próximo 7 de marzo defina las primarias republicanas del año 2000.

McCain llevó ayer la satisfacción de su doble victoria del martes al estado de California, el premio mayor del 7 de marzo, cuando habrá primarias republicanas en una docena de estados, incluidos Nueva York y Ohio. California enviará 162 delegados a la convención republicana y junto a Nueva York (101) atraerán la atención principal de McCain y su rival George W. Bush, en una fecha en la que en total se seleccionarán a casi 600 de los 2.066 delegados del partido.

«Nuestra misión no ha terminado, tenemos que llevar el mensaje del triunfo a nuestros amigos en California», dijo McCain, entusiasmado por su victoria en Michigan, un estado que de no haber ganado pudo haberle sacado de la carrera.

Antes del «supermartes», McCain y Bush se volverán a enfrentar el próximo día 29 en las primarias de Virginia y el estado de Washington, donde estarán en disputa 55 y 37 delegados, respectivamente. Ese mismo día habrá «caucus» (asambleas informales) en Dakota del Norte.

«Nuestro partido quiere una reforma verdadera de parte del verdadero reformista. Somos republicanos reformistas. Mis colegas republicanos, no teman a esta campaña, únanse a ella», manifestó McCain, que tras sus victorias en Michigan y Arizona estrenó una nueva consigna: «un conservador reformista».

Con ese mensaje, McCain pretende convencer a los tradicionales electores del Partido Republicano de que su mensaje reformista, centrado en eliminar las contribuciones electorales de las grandes corporaciones, no es una amenaza para la formación política.