Una ola de ataques suicidas con coches-bomba cuyos ecos políticos
se hicieron sentir en el Kremlin produjo ayer la muerte de al menos
37 soldados rusos en Portavoces oficiales rusos difundieron el
texto de un vídeo en el que Masjádov afirma, contra la tesis del
Kremlin en el sentido de que los suicidas eran mercenarios árabes,
que «son chechenes desesperados que quieren vengar la muerte de sus
familiares».
«Son personas que han decidido abandonar con dignidad este mundo
del mal y de la violencia y pasar al otro mundo de los justos»,
opinó Masjádov en su intervención grabada en vídeo. El vídeo,
circulado desde hace días en Chechenia, pareció estar relacionado
con los dos primeros ataques «kamikaze» el mes pasado, en los que
murieron cuatro soldados según fuentes oficiales. Chechenia y
reavivó dramáticamente una guerra que se daba por terminada. Los
guerrilleros separatistas islámicos se responsabilizaron de los
cinco atentados «kamikaze», parte de una ofensiva entre el domingo
y el lunes que incluyó otras nueve acciones rebeldes.
La propaganda de los independentistas multiplicó por trece la
cifra oficial de muertos y afirmó que «los muyaidines liquidaron a
no menos de 490 agresores» rusos, además de herir hasta un millar.
En una operación aparentemente sincronizada al cumplirse justo once
meses desde el comienzo de la guerra, los ataques fueron el mayor
golpe contra el ejército ruso lanzado en todo este tiempo por los
militantes islámicos.
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