Vicente Fox, líder del PAN, levanta los brazos y hace el signo de la victoria con los dedos tras su abrumador triunfo.

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FRANCE PRESS - MÉXICO El conservador populista Vicente Fox ganador de las elecciones celebradas el domingo en México anunció ayer mismo que formará un nuevo gabinete en los dos próximos meses, para lo que seleccionará a los más cualificados en cada puesto. Todos los políticos y observadores internacionales destacan la labor del presidente Ernesto Zedillo en su gestión para que México pueda tener alternancia política.

Fox protagonizó el domingo una 'revolución pacífica' cuando, con una inusual participación de votantes del 65 por ciento "en elecciones que se anticipaban como históricas" ganó por más de 2'5 millones de votos a Francisco Labastida, que consiguió el 35 por ciento de los votos, frente al 43 por ciento de Fox. En este país de 97 millones de habitantes, muy pocos habían nacido cuando se fundó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1929, y sólo un puñado cuando los fundadores, herederos de la Revolución iniciada en 1910, habían afianzado su poder en el 1917. En ese marco inédito, decenas de miles de mexicanos salieron a las calles de Ciudad de México y bailaron hasta el amanecer por sus principales avenidas para celebrar el primer traspaso pacífico del poder en casi un siglo. «¡Somos libres, terminó la dictadura perfecta!», gritaba una y otra vez Gicela Sehedi, una joven de 25 años.

La salida del poder del PRI constituye una hito en este país, décima potencia exportadora mundial (con un comercio de 260.000 millones de dólares en 1999, 45'5 billones de pesetas) y unido a Estados Unidos y Canadá por un Tratado de Libre Comercio. Pero además genera esperanzas de cambios "el lema de campaña de Fox" en un país que aunque tiene una macroeconomía floreciente, cuenta con 40 millones de pobres "17 millones de los cuales viven en extrema pobreza", un 10 por ciento de analfabetismo y unos 10 millones de indígenas, en su mayoría marginados.