En la cumbre de diciembre de Niza (Francia), deberá darse carpetazo
a la Conferencia Intergubernamental (CIG) que incluye la reforma
institucional necesaria para la ampliación al Este y se centra en
la implantación de cooperaciones reforzadas, un nuevo reparto de
votos en el Consejo de Ministros de la UE y la reforma de la
Comisión Europea.
Hubert Védrine, jefe de la diplomacia francesa y anfitrión del
encuentro informal en el balneario de Evian, explicó en la rueda de
prensa final a esta cita que planteó a sus colegas proseguir el
debate sobre el futuro de Europa al margen de la CIG ya que «éste
no es propiedad de franceses y alemanes» y «para que se despejen
los malentendidos».
El debate inicial de convocar o no una nueva CIG inmediatamente
después de la cumbre de Niza para abordar nuevas propuestas como
las de Alemania y Francia sobre la futura evolución de Europa
parece haberse inclinado a favor de estudiar el tema con prudencia
y «no precipitarse», según palabras del titular español de
Exteriores, Josep Piqué.
Una mayoría de países, entre ellos España, se desmarcan de las
propuestas de Alemania y Francia de avanzar hacia una nueva Europa
con un grupo de países de cabeza y prefieren centrarse en las
cuestiones más prácticas y en los retos a corto plazo.
A juicio del ministro italiano de Exteriores, Lamberto Dini,
entre los que apoyan posturas bastante cercanas a las de Berlín y
París, serán «necesarias cooperaciones reforzadas, pero abiertas a
todos» para evitar crear una Europa a dos niveles, algo que
preocupa mucho a los pequeños y futuros países miembros.
El titular galo de Exteriores recalcó que es «demasiado pronto»
para decir ahora si en Niza arrancará el proceso de una nueva
Conferencia Intergubernamental -como se habla ya- dado que «todos
nuestros esfuerzos están centrados en acabar la (actual) CIG.
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