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El presidente electo de Estados Unidos, George W. Bush, designó ayer al senador republicano John Ashcroft como fiscal general y descartó decretar una moratoria en las ejecuciones a nivel federal. Fuentes cercanas a Bush dan por seguro el nombramiento de la gobernadora de Nueva Jersey, Christine Whitman, como responsable de la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental (EPA).

Otro nombramiento previsto para ayer, el del gobernador de Wisconsin, Tommy Thompson, como secretario de Salud, ha quedado aplazado para después de Navidad, unos dicen que para darle tiempo a ordenar su renuncia y otros debido a que «no hay un acuerdo final». Bush ha decidido añadir otro gobernador a su equipo de trabajo político, pues el gobernador de Virginia, James Gilmore, un conservador, será el nuevo presidente del Partido Republicano, en sustitución de Jim Nicholson.

Un día después de renunciar a la gobernación de Texas, donde sólo el año pasado hubo 40 ejecuciones, Bush rechazó detener las sentencias de pena de muerte a nivel federal u ordenar un nuevo estudio sobre este asunto. «Apoyo la pena de muerte, creo que es una medida que ayuda a salvar vidas. No veo razón para una moratoria», indicó Bush, durante cuyo mandato de seis años en Texas se ejecutó a 152 convictos.

Ashcroft, un firme opositor al aborto y cuyo nombramiento tiene que ser confirmado por el Senado de EE UU, sostuvo que su obligación es seguir la política del presidente. Bush descartó críticas contra Ashcroft por haber detenido el nombramiento de un juez afroamericano en Misuri, pues lo considera un caso aislado.