Miembros de Hamas protestaron ayer contra la elección del primer ministro Sharon.

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FRANCE PRESS-JERUSALÉN Los incidentes más graves se produjeron en Ramalá y en Gaza, donde un adolescente palestino de 16 años fue abatido por disparos del Ejército israelí. En Ramalá, un fotógrafo francés de la agencia Gamma resultó alcanzado en una pierna, presumiblemente también por fuego israelí. Con él se eleva a 14 el número de informadores que han sido heridos desde el comienzo de la Intifada. En total, ayer, nueva «jornada de la ira», resultaron, además, una veintena de palestinos heridos.

Paralelamente, el atentado sin víctimas del jueves en Jerusalén ha sido reivindicado por dos grupos palestinos desconocidos, lo que hace pensar en elementos de Fatá actuando por su cuenta, lo que supondría un síntoma más de la radicalización de la revuelta. En este contexto de renovada violencia, el presidente de la Autoridad Palestina, Yaser Arafat, se puso en contacto telefónico con Ariel Sharon para rogarle que reinicie las conversaciones de paz cuanto antes.

Ariel Sharon, sin embargo, rechaza iniciar negociaciones mientras persista la violencia, y sobre todo es contrario a retomarlas en el punto en que las dejó el gobierno Barak, como solicitan los palestinos. En este aspecto, ha recibido el apoyo del propio Ehud Barak, que se está revelando, a tan sólo unos días de su pugna electoral, como un buen aliado del líder derechista.

Efectivamente, Barak no sólo respalda la actitud de Sharon respecto a las negociaciones de paz. Es también el dirigente laborista que más está trabajando por un Gobierno de unidad. La reunión que a este respecto tuvo lugar ayer en Tel Aviv concluía con la decisión de ambas partes de seguir negociando.

Fuentes del Likud filtraron que los miembros de la delegación laborista "Barak, Peres y Abraham Burg" están ya decididos a ingresar en el Gobierno de Sharon, pero temen la reacción de su partido, envuelto en una sangrienta pelea interna desde el pasado martes, día de las elecciones. Estas fuentes aseguraron que Sharon ofreció a Barak la cartera de Defensa para lograr el apoyo del Partido Laborista.