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EFE-BOGOTÀ El acuerdo logrado el viernes entre el presidente de Colombia, Andrés Pastrana y el jefe de la guerrilla de las FARC, «Tirofijo», para reanudar las negociaciones, más el inminente proceso de paz con el grupo ELN, despejan el futuro inmediato del país y han devuelto el optimismo a los colombianos. Pastrana y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Vélez, anunciaron el restablecimiento de las negociaciones que celebraban desde octubre de 1999 y que esa guerrilla suspendió en noviembre.

El acuerdo logrado, plasmado en una declaración de trece puntos, fue la conclusión de una reunión realizada en la zona neutral que el Gobierno desmilitarizó en el sur y este del país para el proceso de paz con la guerrilla más antigua del país. Las FARC, fundadas en 1964 y con unos 12.000 hombres, habían suspendido las negociaciones por considerar que el Estado no combate con vigor a los escuadrones paramilitares de ultraderecha.

Pastrana, con «Tirofijo» a su lado, declaró el viernes que «revivió el proceso de paz» y subrayó que «si algo tuvo de importante esta reunión es que hablamos de todos los temas que teníamos que discutir». «Fueron dos días de mucho trabajo y de mucha utilidad», expresó el gobernante, que pernoctó el jueves en el departamento del Caquetá (350 kilómetros al suroeste de Bogotá), protegido por sesenta agentes de su escolta, mientras los alrededores eran patrullados por más de 1.000 guerrilleros armados.

Según el acuerdo, las partes se comprometieron a no suspender más las negociaciones, por medio de un mecanismo que evitará las interrupciones. También pactaron invitar a observadores internacionales y reunir la mesa de negociación al menos tres veces por semana. Firmado el acuerdo entre Andrés Pastrana y «Manuel Marulanda», era lógica una prórroga en la vigencia de la zona desmilitarizada a finales de 1998, que el Gobierno amplió hasta el próximo 9 de octubre, es decir, durante nueve meses más.