El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, pidió ayer a
la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)
que vuelva a Chechenia, asegurando que no encontrará «ningún
obstáculo» en su misión. La OSCE cerró sus oficinas en la república
caucásica el 1 de octubre de 1999, cuando comenzó la intervención
rusa.
Poco antes de la entrevista que mantuvo con el comisario de
Derechos Humanos del Consejo de Europa, el español Alvaro
Gil-Robles, quien acaba de volver de la república caucásica, el
jefe de la diplomacia rusa aseguró que «en estos momentos podemos
colaborar con las organizaciones internacionales para la
reconstrucción de Chechenia».
Estas declaraciones de Ivanov se producen después de que el
pasado mes un responsable de la OSCE considerase que la vuelta a
Chechenia era prematura mientras las amenazas contra la seguridad
de los miembros de la organización no hubieran desaparecido
totalmente.
Por su parte, Alvaro Gil Robles expresó su preocupación por la
situación en Chechenia, donde asegura haber encontrado «numerosos
problemas». «Mucha gente está sufriendo, muchos viven en campos de
refugiados sin casa y con enormes dificultades para alimentarse»,
indicó el comisario, quien mencionó también «el problema de la
seguridad, sobre todo en lo relativo a la vuelta de los
refugiados». Al menos dos policías murieron ayer al estallar una
bomba en Grozni.
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