El ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, protegido por
militares, rechazó entregarse «vivo» a la Policía serbia que
intentó deternerle durante la madrugada del sábado en Belgrado y
permanece atrincherado en su residencia, cercado por la policía
antidisturbios. Tras una primera noche de confusión total sobre la
suerte del ex presidente, el ministro serbio de Interior, Dusan
Mihajlovic, anunció ayer que las fuerzas serbias intentaron detener
a Milosevic, pero miembros del Ejército «obstruyeron» esta
operación. Tras el intento fallido, la Policía serbia se preparaba
ayer de nuevo para lanzar una nueva operación.
El Gobierno serbio pidió a mediodía de ayer a los hombres que
protegen al ex jefe del Estado en su residencia «deponer las
armas», mientras que doscientos seguidores de Milosevic intentaban,
en el exterior, forzar las barreras policiales y alcanzar de nuevo
la entrada principal. Acusado de «abuso de poder» y malversación,
el ex hombre fuerte de Belgrado, enemigo público 'número uno' de la
Justicia internacional, es retenido en su domicilio, y permanecerá
en ella hasta que se presente, voluntariamente o por la fuerza,
ante un juez de instrucción, afirmó por la mañana Dusan
Mihajlovic.
Las autoridades iniciaron esta operación basándose en las
infracciones de la Ley serbia cometidas. Milosevic, asegura el
ministro, no será entregado al Tribunal Penal Internacional (TPI)
de La Haya, que le acusó en mayo de 1999 de crímenes de guerra y
crímenes contra la humanidad cometidos en Kosovo. Bajo la fuerte
presión internacional, Belgrado fue instada por Washington para
comenzar a cooperar de forma significativa, precisamente antes del
31 de marzo, con el TPI, bajo la amenaza de ser privado de una
ayuda de 100 millones de dólares, vitales para su economía. Pero
las autoridades yugoslavas, y en primer lugar el presidente
Vojislav Kostunica, en el poder desde el pasado mes de octubre,
afirmaron en todo momento que sus ciudadanos deben comparecer
primero ante la jurisdicción nacional.
El importante dispositivo policial, que se desplegó ante la
residencia presidencial que Milosevic ocupa en Dedinje, en las
proximidades de Belgrado, seis meses después de haber sido
expulsado del poder, facilitó el cruce de informaciones confusas
sobre la detención del ex presidente. A medianoche del viernes, una
veintena de hombres de las fuerzas especiales de la Policía serbia
llegaron a bordo de tres automóviles ante la residencia de la calle
Uzicka en Dedinje, ya rodeada por la policía antidisturbios
encargada de mantener a distancia a decenas de manifestantes que
apoyan a 'Slobo'. Tras el disparo de algunas granadas de percusión
y tiros de armas automáticas, los policías de elite franquearon el
cerco de la residencia.
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