El primer ministro británico, Tony Blair, atrasó ayer de hecho
hasta el 7 de junio las elecciones generales, previstas en
principio para el 3 de mayo, junto con las municipales, debido a la
epidemia de fiebre aftosa. En una declaración frente a la puerta de
su residencia oficial, en el 10 de Downing Street, Blair explicó
que «el Gobierno tiene que concentrarse en tomar todas las medidas
necesarias para erradicar esta enfermedad», que se ha propagado por
todos los rincones del Reino Unido.
El primer ministro optó por «un corto aplazamiento» del
calendario electoral previsto después de «considerar cuidadosamente
-dijo- todas las opciones posibles». La epidemia de fiebre aftosa
ha supuesto, hasta el momento, el sacrificio de más de medio millón
de cabezas de ganado y la previsión, también de momento, es
sacrificar unas 350.000 más. Aunque Blair se ajustó en todo momento
al proceso formal de convocatoria de las elecciones, refiriéndose
en todo momento a los comicios locales, según las convenciones
propias de este país las generales o parlamentarias se celebrarán
el mismo día 7 de junio. Los medios de comunicación y la clase
política han interpretado, inmediatamente, que el primer ministro
ha dado el pistoletazo de salida a una campaña electoral que va a
durar unas diez semanas.
Poco antes de que el primer ministro se dirigiera al país, el
líder de la oposición, William Hague, declaró que aceptaba el
retraso de los comicios, si bien argumentó que no debía fijarse una
fecha (como ha hecho Blair con el 7 de junio) hasta que no se
resolviera completamente la crisis de la fiebre aftosa.
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