Representantes del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la
antigua Yugoslavia llegaron ayer a Belgrado para entregar a las
autoridades el acta de acusación y la orden de arresto contra el ex
presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, quien fue detenido el
pasado domingo por malversación de fondos. Por su parte, el
ministro serbio de Justicia, Vladan Batic, reclamó ayer
oficialmente al TPI que actúe contra los dirigentes del Ejército de
Liberación de Kosovo (ELK).
El secretario del TPI, Hans Holthuis, transmitirá al propio
Milosevic, a través de las autoridades, el acta de acusación y la
orden de detención dictadas en su contra, que quiere juzgarlo por
crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad. «He traído el
acta de acusación y la orden de detención y quiero estar seguro de
que serán entregados a Milosevic», declaró el actuario del TPI,
Hans Holthuis, quien hoy entregará estos documentos al ministro
yugoslavo de Justicia, Momcilo Grubac.
Holthuis añadió que vino a «dialogar sobre los diferentes
aspectos vinculados con la detención de Milosevic» y que también
desea recabar «informaciones sobre la investigación en curso»
contra el ex presidente yugoslavo, encarcelado por abuso de poder y
malversación de fondos públicos. Batic minimizó del trámite
entablado, interpretándolo como «un gesto simbólico para marcar el
contacto con las autoridades yugoslavas en el marco de su
cooperación» con el TPI.
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