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MAR MARÍN-MÉXICO El Congreso mexicano ha aprobado una ley de derechos indígenas que puede ser una nueva traba en el proceso de paz, ya que no respeta íntegramente la propuesta enviada por el presidente Vicente Fox y que había sido avalada por los zapatistas. La ley, que supone la reforma de cinco artículos de la Constitución, fue aprobada por unanimidad en el Senado y ratificada por mayoría en el Parlamento, con la oposición de la izquierda, minoritaria en ambas Cámaras, y de algunos diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

La iniciativa es resultado del compromiso adquirido por el presidente Fox para avanzar en la pacificación de Chiapas y atender las demandas de la guerrilla zapatista para retomar el diálogo de paz, roto en septiembre de 1996, cuando gobernaba Ernesto Zedillo (1994-2000, PRI). En diciembre pasado, tras asumir la Presidencia, Fox envió al Congreso un proyecto de ley sobre Derechos Indígenas y contaba con el beneplácito del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Sin embargo, la tramitación del texto en el Senado introdujo modificaciones en artículos claves de la iniciativa y que han generado un contundente rechazo por parte del Congreso Nacional Indígena (CNI), que agrupa a la mayoría de las 56 etnias de México. El dictamen de la ley aprobada por el Congreso deja la interpretación del derecho a la autonomía de los pueblos indios a la decisión de los parlamentos estatales.

Además define a las comunidades indígenas como «sujetos de interés público» y no como «sujetos de derecho jurídico», tal como figuraba en el documento inicial. Limita el derecho de los pueblos indios al uso y disfrute colectivo a los recursos naturales existentes en sus territorios, y deja a leyes secundarias el desarrollo concreto de algunos puntos que las comunidades consideran fundamentales para sus intereses.