Huseini, que falleció ayer por la mañana en Kuwait de un ataque al
corazón, pertenecía a uno de los linajes palestinos más conocidos y
era hijo de Abdel Kader Huseini, líder de las fuerzas árabes
locales que lucharon contra la partición de Palestina y que murió
en la batalla de Al Qastel en 1948 contra los israelíes. El
dirigente palestino será enterrado hoy, viernes, en el recinto de
la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, un lugar privilegiado
-símbolo del conflicto entre palestinos e israelíes- donde reposan
los restos de su padre y de otros líderes árabes. El lugar del
entierro hace aumentar la tensión en la región.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser
Arafat, que no podrá asistir al sepelio en Jerusalén por la
situación de crisis y a que tiene vetada su entrada en la ciudad,
acortó ayer su visita a Bruselas para poder acompañar el féretro
desde la capital jordana hasta la ciudad cisjordana de Ramala,
donde se le rendirán honores al fallecido. Tras conocer su muerte,
los comerciantes de Jerusalén Oriental cerraron inmediatamente sus
establecimientos en señal de luto y la sede no oficial de la ANP en
esa parte de la ciudad fue «vestida» de negro y la bandera
palestina arriada a media asta. Cientos de palestinos se
concentraron a las puertas del recinto para llorar la muerte de
Huseini, mientras por los altavoces de las principales mezquitas de
Jerusalén se oían plegarias de luto.
«Arafat sufrió un choque al enterarse de la noticia y lloró»,
dijeron ayer fuentes oficiales de la ANP, en la que Huseini estaba
a cargo de la cartera de Jerusalén. El dirigente fallecido
representaba, quizás más que ningún otro, el vínculo entre el
pueblo palestino y Al Quds (Jerusalén), ciudad por la que luchó
desde su juventud y en la que hace unos años abrió la Orient House,
un inmueble propiedad de su familia que convirtió en la sede no
oficial del Gobierno palestino en esta ciudad.
Nacido en Bagdad el 17 de julio de 1940, ciudad en la que su
familia se refugió de los británicos, Huseini cursó estudios
universitarios en El Cairo y Damasco, afiliándose poco después
(1967) al movimiento Al Fatah, que preside Arafat. «Era familia,
colega y amigo. Con él trabajé durante largos años», agregó el
presidente palestino, quien recordó que el estado de salud de
Huseini se deterioró en los últimos meses por los gases que inhaló
durante las manifestaciones que organizó contra la ocupación
israelí.
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