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EFE/FRANCE PRESS-JERUSALÉN Al menos diecisiete personas murieron y más de 50 resultaron heridas a causa de una explosión registrada en una zona de ocio en Tel Aviv. La policía sospecha que la explosión la provocó un terrorista suicida palestino, que se encontraría entre los muertos. Casi todas las víctimas son jóvenes clientes de los numerosos bares y restaurantes que abundan en el Paseo Marítimo de Tel Aviv. Las noches del viernes son por excelencia las noches de salida a zonas de ocio, ya que es el comienzo del fin de semana judío, al ser el sábado el día sagrado (sabath).

El grupo terrorista Hamas ya había prometido una campaña de atentados suicidas contra objetivos israelíes, aunque el de ayer, al cierre de esta edición, no ha sido todavía reivindicado. Por otra parte, entre muestras de dolor de miles de personas fue enterrado ayer el líder palestino Faisal Huseini en el cementerio musulmán situado junto a la histórica Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, un lugar sagrado tanto para musulmanes como para judíos, quienes también lo conocen como Monte del Templo. El dirigente palestino, nacido en Bagdad, falleció ayer en Kuwait a los 60 años de edad de un ataque al corazón.

El cortejo fúnebre comenzó en la ciudad cisjordana de Ramala y culminó en las inmediaciones de la Explanada de las Mezquitas, en la ciudadela antigua de Jerusalén, donde fue inhumado y sus restos depositados en el mausoleo familiar junto a los de su padre Abdel Jáder Huseini, héroe palestino de la guerra de 1948. El cadáver de Huseini fue introducido en el mausoleo envuelto en la bandera de su pueblo mientras la multitud -unas 100.000 personas, según fuentes palestinas y 20.000 según la policía israelí- cantaba «Con la ayuda de Alá venceremos» y «Jerusalén, capital del Estado Palestino».

El líder palestino, Yaser Arafat, acompañó los restos de Huseini desde Jordania a Ramala, a 15 kilómetros al norte de Jerusalén, pero no asistió al entierro, pues para ello habría tenido que pedir autorización al Gobierno israelí, soberano en la ciudad. Poco antes del sepelio, militantes palestinos intentaron irrumpir en el apartamento que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, posee en el barrio musulmán de la ciudadela antigua, pero fueron reprimidos con gases lacrimógenos, informaron fuentes policiales israelíes. También rompieron varias cámaras de televisión del circuito cerrado instalado para vigilar el orden durante el cortejo, agregaron esas fuentes. La policía no intervino durante la ceremonia y agentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), vestidos de civil, cooperaron para mantener el orden, según las fuentes israelíes. El sepelio concluyó y tanto los participantes como los que acudieron a rezar a las mezquitas en el día del descanso ritual de los musulmanes se dispersaron sin que se produjeran otros altercados.