Las trece organizaciones radicales palestinas decidieron ayer
proseguir la Intifada en una reunión de emergencia en Gaza en la
que analizaron el significado del cese de fuego decretado ayer por
Arafat. Los trece miembros del Comité, creado hace ocho meses para
aunar los esfuerzos palestinos en la «Intifada de Al Aqsa», y entre
los que destacan Al Fatah, Hamas y la Yihad Islámica, acordaron no
deponer las armas, a la vez que sus portavoces reiteraban no haber
recibido ninguna orden del presidente palestino en ese sentido.
«El liderazgo de la intifada insta al pueblo palestino a
continuar con sus actividades y manifestaciones populares para
garantizar la continuación del alzamiento hasta que se consigan los
objetivos del retorno (de refugiados) y la independencia», dice un
comunicado difundido por ese Comité.
Arafat decretó el sábado un alto el fuego «incondicional e
inmediato» ante las amenazas del primer ministro israelí, Ariel
Sharon, de lanzar una contundente acción israelí de castigo por el
atentado del viernes en Tel Aviv, en el que murieron 20 jóvenes de
entre 14 y 32 años.
En los territorios palestinos se vivió ayer una tensa calma por
temor a una acción del Ejército israelí, mientras los medios de
comunicación impartían instrucciones para que la población almacene
víveres de primeras necesidad y no se concentre en lugares
públicos. No obstante, la violencia en Cisjordania y Gaza descendió
el fin de semana de forma sustancial, y no se registraron más que
tiroteos esporádicos en el distrito de Tulkarem.
La respuesta de Israel al atentado del viernes, que ha fue
reivindicado ayer por Hamas en un comunicado difundido en Damasco,
sigue siendo una incógnita, y el primer ministro israelí consideró
que Arafat había ordenado el cese de fuego como una medida táctica
para retrasar la represalia israelí.
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