La dimisión anunciada ayer por el líder del Partido Conservador,
William Hague, abre una periodo de reflexión en el seno de la mayor
fuerza de la oposición en el Reino Unido. El líder conservador
anunció su dimisión a primera hora de la mañana tras conocer la
aplastante victoria del Partido Laborista y la humillante derrota
sufrida por los conservadores. Hague anunció que continuará al
frente del partido hasta que se encuentre un sustituto, lo que
puede provocar una encarnizada lucha entre los diferentes sectores
conservadores.
Michael Portillo, de 48 años y descendiente de españoles,
aparece como el favorito para reemplazar a Hague, aunque también
suenan los nombres del europeísta y ex ministro de Economía Ken
Clarke y los euro-escépticos Ann Widdecombe, Ian Duncan Smith y
Francis Maude.
Portillo, quien fue ministro de Economía, regresó a la política
hace poco más de un año tras una larga ausencia y duran te la
campaña electoral se ha mantenido a la sombra de Hague con actitud
cautelosa y ponderada.
El líder conservador centró su campaña electoral en el ataque
contra el euro, asunto que provoca profundas divisiones en el seno
de su partido.
Los europeístas salieron de su silencio y achacaron la derrota
electoral a las radicales posiciones mantenidas por Hague sobre
Europa, así como el giro del partido hacia la derecha en los cuatro
años que lo lideró. La previsible renovación en el partido puede
propiciar una oportunidad a los europeístas en el seno de los
'tories'.
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