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El Gobierno y la industria energética alemanes firmaron ayer el acuerdo para abandonar la energía nuclear, que prevé el cierre paulatino de las centrales en un plazo aproximado de veinte años.

El canciller Gerhard Schroeder y sus ministros de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, y de Economía, Werner Müller, sellaron con los representantes de los consorcios el compromiso alcanzado tras un largo proceso de discusión y tensiones entre el Ejecutivo y el sector energético.

El acuerdo prevé un plazo de vida de 32 años desde su puesta en funcionamiento para cada una de las 19 centrales existentes en Alemania, así como un complejo sistema de cálculo que permite una especie de canje energético entre las diversas plantas.

Ello posibilitará a la industria «traspasar» parte del cupo energético de aquellas plantas menos rentables a otras centrales más competitivas. El documento no fija fechas exactas para el cierre de las centrales nucleares, aunque un cálculo aproximado permite deducir que el cierre se iniciará en 2003 y que la última central quedará desconectada hacia 2021. Además, no se concederán permisos para la construcción de nuevas plantas.

Respecto al espinoso tema del reciclado de los residuos, Gobierno e industria han acordado que hasta el año 2005 se mantendrán los controvertidos transportes al extranjero de esa basura atómica.