Un niño alza la vista por un pequeño hueco en una de las barricadas de hierro.

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AGENCIAS-GÉNOVA La policía italiana intensificó ayer los controles, tanto en las fronteras como en Génova, ante la previsión de posibles incidentes durante la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno del G-8, que se desarrollará en esa ciudad del noroeste de Italia entre el 20 y el 22 de julio. A un día del comienzo de la reunión, la psicosis sobre la seguridad se ha convertido ya en la protagonista absoluta y de ello da prueba el aspecto de Génova, donde la mayoría de los comercios del centro han cerrado y de donde ya ha empezado un éxodo de ciudadanos que quieren evitarse los problemas de vivir en una ciudad que durante varias jornadas ofrecerá un aspecto irreal.

Un entramado de grandes verjas diseminadas por la ciudad la dan un aspecto de gueto por el que ni siquiera los propios habitantes pueden moverse libremente, dado que en algunas zonas del centro la Policía exige pases específicos. Por otra parte, una carta-bomba dirigida a Emilio Fede, director de la cadena de televisión Tg4, perteneciente al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, explotó ayer por la mañana en la sede de la televisión en Milán.

Una secretaria se disponía a abrir la carta, cuando ésta hizo explosión provocando una llamarada que sin embargo no ha causado heridos, aunque la secretaria ha sido trasladada al hospital para comprobar que no ha sufrido daños. Por otro lado, también ayer por la mañana la oficina de una empresa de trabajo temporal de esta misma ciudad, situada en el centro de Milán, fue atacada por miembros del Frente Revolucionario por el Comunismo. Los asaltantes rompieron los cristales y arrojaron líquido inflamable al interior del establecimiento, prendiéndole fuego.

Por otra parte, el dirigente francés de la lucha antiglobalización, José Bové, denunció ayer que el presidente estadounidense George Bush «insulta a los pobres del mundo» con su actitud ante la cumbre del G-8. Bové, que acudió ayer a Génova rechazó con dureza la afirmación de Bush de que los activistas del movimiento contra la globalización condenan a los países en vías de desarrollo a la miseria al oponerse al desarrollo del comercio internacional.