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EFE-WASHINTGON El crecimiento de la inflación menos de lo esperado en la zona euro no inundó de optimismo a las Bolsas europeas, ya que la advertencia lanzada ayer por Alan Greenspan de que la desaceleración económica en EE UU continúa sembró de pánico los mercados internacionales. La economía de Estados Unidos seguirá creciendo a un ritmo lento y quizá sea necesario otro recorte de las tasas de interés para que los consumidores gasten más, indicó ayer el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. El informe semestral de Greenspan ante el Comité de Finanzas de la Cámara de Representantes confirmó los temores de los analistas más inquietos y, a poco del inicio de las transacciones, el índice Dow Jones caía más de cien puntos.

De hecho la Bolsa de Nueva York cerró ayer con una moderada tendencia a la baja, debido a los desfavorables resultados y previsiones de ganancias de empresas y a las palabras del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Según cifras preliminares, el promedio Dow Jones de Industriales, que mide la variación de 30 grandes empresas, cayó 36'56 puntos, un 0'34 por ciento, para situarse en los 10.569'83 enteros, después de que ayer subiera 134'27 unidades, el 1'28 por ciento.

El Nasdaq, el mercado donde cotizan las firmas de nuevas tecnologías, como telecomunicaciones, ordenadores e Internet, perdió 51'18 puntos, un 2'48 por ciento, y se fijaba en los 2.016'14 enteros, tras ganar ayer 38'20 unidades, un 1'88 por ciento. Greenspan señaló que: «Las incertidumbres que rodean a la situación económica actual son considerables y, hasta que veamos pruebas más concretas de que se hayan completado los ajustes de inventarios y gastos de capital, los riesgos siguen apuntando a una debilidad de la economía».

«Este año, la política monetaria ha confrontado una economía que se desaceleró de forma aguda a fines del año pasado y sigue débil este año, después de un período extraordinario de expansión», dijo Greenspan. Desde el 3 de enero, la Reserva Federal ha reducido seis veces las tasas de interés, que habían llegado a su nivel más alto desde 1991 y se encuentran ahora en su nivel más bajo en siete años. Esta reducción pretendía alentar el gasto de los consumidores, que representa dos tercios del Producto Interior Bruto (PIB) de EE UU, pero todavía no hay signos de reactivación.