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ELENA MORENO-WASHINGTON La desaparición de cientos de armas y computadoras portátiles, algunas con información confidencial, del FBI ha sido la gota que colmó la paciencia de un comité del Senado que ayer criticó con dureza la sucesión de errores de la policía federal de EE UU. «¿Quién es el responsable?», preguntó ayer el indignado presidente del Comité de Asuntos Judiciales del Senado, el demócrata de Vermont Patrick Leahy, en una audiencia convocada para analizar la gestión en la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

«En estos momentos, nadie es responsable, en el sentido de que la política del FBI a ese respecto es clara», respondió con embarazo Kenneth Senser, subdirector del FBI para Asuntos Internos. «¿Me está usted diciendo que nadie es responsable? ¿Que tienen ordenadores portátiles con información confidencial, que los prestan sin estar seguros de que se los devuelven cuando se debe? Tenemos un sistema mejor en el Senado», le rebatió con ironía Leahy.

Pero el presidente de ese comité no fue el único que no terminaba de salir del asombro del último error del FBI, una agencia federal que tiene en sus manos parte de la seguridad nacional de EE UU y que ya acumula muchos críticos que consideran que necesita con urgencia una reforma en profundidad. El Departamento de Justicia informó de que del FBI desaparecieron 449 armas y subfusiles automáticos, así como 184 computadoras, de las que al menos una contenía información confidencial.