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«No trataremos de ocultar nada», aseguró, añadiendo que si hubo abusos o excesos, serán identificados por una investigación interna y con las investigaciones de la magistratura». «Tened por seguro que no habrá cobertura para aquel que haya violado la ley», añadió mientras informaba a los senadores de la cumbre de los siete países más ricos y Rusia (G-8). Entretanto, Berlín ha pedido a Roma que investigue los deslices cometidos durante las detenciones de manifestantes antimundialización en Génova, según anunció ayer el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores.

El mensaje ha sido transmitido por mediación de la Embajada alemana en Roma, precisó un portavoz del Ministerio. Las autoridades italianas han prometido entregar todas las informaciones posibles sobre la cuestión al Gobierno alemán, añadió el portavoz. En este sentido, al Gobierno alemán se ha unido otros exponentes de la sociedad germana para presionar a las autoridades italianas para que aclaren la responsabilidad de la policía en los incidentes ocurridos durante las manifestaciones antiglobalización en Génova.

Por otra parte, un diputado verde que ha visitado a los alemanes detenidos en Italia, Hans-Christian Stroebele, calificó las condiciones de detención de «inhumanas» y contrarias a la convención de Ginebra. Stroebele ha propuesto la creación de una comisión internacional para investigar lo ocurrido en Génova, donde los enfrentamientos entre policías y manifestantes causaron el pasado fin de semana un muerto y centenares de heridos.

El diputado verde, uno de los más radicales del partido, opinó que lo ocurrido en Génova fue «parecido a una masacre». Además, asegura que los manifestantes antiglobalización alemanes que visitó en las cárceles estuvieron varios días incomunicados, que fueron maltratados por los agentes una vez apresados y que la policía les insultó con palabras fascistas y sexistas. Por su parte, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en su comparecencia ayer en el Palacio Madama, sede del Senado italiano, para comentar los resultados de la Cumbre del G-8, calificó la cumbre como «un éxito desde el punto de vista político y diplomático», a pesar de los violentos incidentes entre la Policía y los manifestantes antiglobalización, que se saldaron con la muerte de un joven italiano, a causa de los disparos de un carabinero, y con 225 detenidos, entre ellos 17 españoles.