El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, selló ayer la
reconciliación entre Pekín y Washington, esforzándose por aplacar
varios diferendos entre ambos países, cuando faltan sólo tres meses
para la visita del presidente estadounidense George W. Bush a
China. «No somos enemigos y no buscamos enemigos, buscamos maneras
de cooperar, formas para avanzar de manera positiva», sostuvo
Powell en rueda de prensa organizada al término de su visita
relámpago de un día a Pekín.
Powell llegó a Pekín para preparar la visita que en octubre
efectuará el presidente Bush y cumplió ampliamente con la misión
prevista, reuniéndose con los principales dirigentes chinos para
transmitirles la voluntad de Washington de mantener relaciones
«constructivas» con Pekín. También dio cuenta de pequeños avances
respecto de dos asuntos que interesan particularmente a Washington:
derechos humanos y las exportaciones chinas de misiles.
Asimismo dijo que felicitó al presidente chino Jiang Zemin por
la reciente designación de Pekín como sede de los Juegos Olímpicos
del 2008, decisión sumamente criticada por organizaciones
defensoras de los derechos humanos. China, que se prepara para
adherirse en breve plazo de tiempo a la Organización Mundial de
Comercio (OMC) y para poder organizar por primera vez una cumbre
del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en su
territorio en octubre venidero, desea fervientemente normalizar sus
relaciones con Washington y con el actual presidente de EE UU.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.