El informe que investiga la actuación de la policía durante el
violento registro de la sede de los grupos antiglobalización en
Génova, en los días de la Cumbre del G-8, revela que algunos
agentes tuvieron que ser apartados porque «se les fueron las manos»
en su acciones contra los manifestantes. El registro de la sede del
Genova Social Forum (GSF), que engloba a unos 800 movimientos
antiglobalización y que dirigió las protestas contra el G-8, se
produjo la noche del 21 al 22 de julio, cuando en el lugar dormían
varios centenares de manifestantes.
Por su parte, el presidente de la República italiana, Carlo
Azeglio Ciampi, pidió ayer que se arroje «plena luz» sobre los
incidentes ocurridos durante la pasada cumbre del G-8 en Génova
(norte) y la polémica actuación policial contra los grupos
antiglobalización. «Espero que se haga plena luz sobre todo lo
ocurrido en Génova, como desean todos los italianos sin
distinción», subrayó.
Para investigar lo ocurrido «desde dentro», el jefe de la
policía, Gianni de Gennaro, envió tres inspectores, que en su
informe, del que se ha filtrado una parte a la prensa local, que lo
publicó ayer, señala que la orden era entrar en el local para
confiscar armas y otros objetos «usados para hacer daño», pero
nunca para golpear a los manifestantes de manera tan brutal.
Está considerado uno de los momentos más oscuros de la polémica
actuación policial durante la Cumbre de los ocho países más
poderosos del mundo, que se saldó con la muerte de un joven
contestatario, varios centenares de heridos y de detenidos, muchos
de ellos extranjeros. Durante el registro, la policía destruyó la
documentación y los ordenadores, detuvo a casi un centenar de
jóvenes, que fueron maltratados.
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