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El ex secretario general de la Cuncolta, escaparate político del Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC-Canal histórico), François Santoni, murió en la madrugada de ayer al ser alcanzado por trece disparos, al salir de la boda de un amigo en una pequeña localidad del sur de Córcega. El fallecimiento de Santoni, de 41 años, «la iguana» o «el camaleón», una figura carismática y un electrón libre del independentismo corso, relanzó una viva polémica sobre el futuro del proceso político de autonomía limitada, impulsado por el Gobierno de coalición de izquierdas francés en diciembre de 1999.

Esas negociaciones con todos los políticos de la isla, incluidos los nacionalistas, a las que Santoni se oponía, desembocaron en un proyecto de ley, respaldado el pasado mayo por los diputados y, cuya aprobación definitiva, el Gobierno desea para diciembre. Por lo que hace referencia al asesinato, los disparos impactaron también en el tórax y los miembros superiores e inferiores del que fuera secretario general de la Cuncolta, escaparate político del Frente de Liberación Nacional Corso, agregaron las fuentes conforme a los resultados de la autopsia. Además, otra treintena de impactos fueron contabilizados en el automóvil de Santoni y en los vehículos aparcados cerca del lugar donde tuvo lugar el asesinato.

De vacaciones en la isla de Ré, en el Atlántico, el primer ministro y padrino del llamado «proceso de Matignon» (sede del Gobierno), el socialista Lionel Jospin, guardó silencio, pero en su nombre y en el del Gobierno en pleno, el ministro del Interior, Daniel Vaillant, condenó «con el mayor vigor» el atentado, que no cuestiona el proceso en curso, «única vía» para la paz en Córcega. De la misma opinión, los partidarios -socialistas, Verdes y comunistas- del proceso subrayaron que «no hay otra salida para poner fin a la violencia» y que «en ningún caso debe interrumpirse». No obstante, algunos reconocieron que el asesinato de Santoni debilita la política de Jospin, quien hace poco tuvo que campear la exigencia de amnistía para los presos corsos, incluidos los condenados por delitos terroristas, lanzada por los nacionalistas.

Para echarle un cable, el dirigente Verde Noel Mamere instó a los grupos nacionalistas a que condenasen «sin ambigüedad» el asesinato para «dar una esperanza» al «proceso de Matignon». Es lo que hicieron «con la mayor firmeza» el nuevo partido corso Independenza y la coalición de Corsica Nacione de Jean Guy Talamoni, jefe de filas de los nacionalistas en las negociaciones con el Gobierno. Pero parece que hará falta mucho más que eso para convencer a la oposición de derechas, que considera que la muerte de Santoni sólo es una prueba más de que el proceso autonómico estaba abocado al fracaso desde el principio.