La OTAN considerará que la guerrilla albanesa habrá cumplido con su
parte del plan de paz para Macedonia si entrega a las fuerzas
aliadas sólo las 3.300 armas que reconoce tener, en la operación
que debe comenzar hoy, afirmó ayer el general Gunnar Lange. Pese a
que los líderes de la mayoría eslava en el gobierno insisten en que
los rebeldes deben entregar por los menos 60.000 armas, el
comandante de las fuerzas de la OTAN en Macedonia sostuvo que «una
vez recolectadas y destruidas (las 3.300 armas) la guerrilla
quedará desarmada a todos los efectos y se disolverá».
En una rueda de prensa, el mayor general danés señaló que con la
entrega de la tercera parte del arsenal que los rebeldes han
declarado poseer, es decir, 1.100 armas, «el parlamento debe
comenzar a aprobar y ratificar las medidas previstas en el plan de
paz». Según el calendario del plan, el viernes próximo, si la OTAN
se ha hecho entonces con un tercio del arsenal de la guerrilla, el
parlamento debe iniciar un debate sobre los cambios
constitucionales y las nuevas leyes que reclama la mayoría albanesa
como contrapartida por el fin de la guerra que estalló hace siete
meses.
La rueda de prensa de Lange, convocada para las 11.00 de la
mañana pero aplazada tres veces, se celebró al final sólo después
de una insólita reunión dominical del Consejo de Seguridad de
Macedonia, que a todas luces quedó dividido sobre la colaboración
de las fuerzas gubernamentales con la operación aliada. Al término
de la reunión, el primer ministro, el eslavo nacionalista Llubcho
Gueorguievski, se ratificó en la opinión de que «esta cifra de
3.000 es ridícula» y señaló, «a título personal», que las fuerzas
gubernamentales no deben retirar su armamento pesado de las zonas
conflictivas, como ha exigido la OTAN para facilitar la
operación.
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