Un millar de soldados de elite estadounidenses se encuentran ya de
camino a Uzbekistán, en lo que supone el primer despliegue
importante de tropas terrestres para una respuesta contra
Afganistán, según indicó ayer un responsable que viaja con el
secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld. «La 10ª
División de Montaña ha despegado», afirmó, precisando que viaja
desde su base de Fort Drum, en Nueva York, y que su misión es
proteger las operaciones militares en Uzbekistán. Las tropas
terrestres eran la única pieza que faltaba en la movilización de
las fuerzas estadounidenses.
Sin embargo, el presidente uzbeko, Islam Karimov, desmintió
estas informaciones y dijo que sólo permitiría el uso de un
aeropuerto para aviones de carga y el paso de tropas
estadounidenses únicamente para propósitos humanitarios,
oponiéndose a cualquier ataque militar contra su vecino Afganistán
y reiterando que no permitiría el desplazamiento de fuerzas para
operaciones especiales. Casualmente, la 10ª División de Montaña fue
duramente criticada por Bush hace un año. En septiembre de 2000, el
Comité de Fuerzas Armadas del Senado envió una delegación al
cuartel de la 10º y encontró un gran espíritu de disciplina y
disposición a la acción, pero también «carencias múltiples y graves
de personal y material, deficiencias en la instrucción y otros
impedimentos».
Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, llegó
ayer a Islamabad, tras entrevistarse en Moscú con Putin, para
mantener un encuentro con el presidente paquistaní, el general
Pervez Musharraf, y dirigirse después a la India. Blair habló con
Musharraf sobre la oferta de Pakistán de colaborar en la campaña
antiterrorista lanzada por EE UU y sus aliados, que podrían
utilizar el espacio aéreo paquistaní para atacar, afirmando que
este país ha tomado «la decisión correcta». Ambos se pusieron
también de acuerdo sobre la composición del gobierno que tome el
relevo de la milicia islamista. «Los sucesores de los talibán
tienen que tener una amplia representación, que incluya a todos los
grupos étnicos, incluso los pashtún (a cuya etnia pertenecen
mayoritariamente los talibán)», declaró Blair. El secretario
estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, que concluyó ayer una
gira por Oriente Próximo, consiguió calmar los temores de los
países árabes, pero no su apoyo militar. Arabia Saudí y Egipto
dijeron claramente que no suministrarán ayuda logística.
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