Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron ataques aéreos nocturnos
contra Afganistán buscando destruir objetivos militares y
campamentos de guerrilleros musulmanes en la ofensiva inicial de
una guerra de represalia por los atentados del 11 de septiembre.
50 misiles de crucero del tipo Tomahawk según fuentes de la Casa
Blanca, fueron disparados desde bombarderos, navíos y submarinos
británicos y estadounidenses atacaron defensas aéreas y centros de
comando en Kabul y la sureña ciudad de Kandahar, principal base del
gobernante movimiento Talibán.
Una segunda ola de ataques mucho más intensa contra Kandahar
tuvo como blanco la casa del líder Talibán, mullah Mohammad Omar,
informó la cadena estadounidense de televisión CNN, que dijo que la
residencia fue destruida. Pero el embajador del Talibán en Pakistán
aseguró que Omar sobrevivió el ataque, al igual que Osama bin
Laden, el hombre más buscado por Estados Unidos.
Testigos en Kabul dijeron que los ataques comenzaron mientras
residentes de la capital afgana se disponían a retirarse y que una
explosión de gran magnitud se registró en inmediaciones del
Ministerio de Defensa, al sur del palacio presidencial. La
electricidad se interrumpió casi de inmediato, y baterías
antiaéreas del Talibán en distintos sitios de Kabul comenzaron a
disparar hacia el firmamento nocturno.
La cadena de televisión, asimismo, dijo que los residentes
estaban huyendo de Kandahar y que Jalalabad, en el este afgano,
también fue atacada. Tras los ataques aéreos, efectivos de la
oposición afgana, que busca derrocar al Talibán, abrieron fuego de
artillería contra posiciones en el norte de Kabul, dijeron
testigos.
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