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AGENCIAS-KABUL Tres ex ministros del depuesto Gobierno de los talibán se rindieron ayer mientras la guerra de Estados Unidos para encontrar al líder islámico Osama bin Laden y castigar a sus protectores entró en su cuarto mes. En un recordatorio de que es posible que Bin Laden y otros dirigentes de su red Al Qaeda nunca sean capturados con vida, un combatiente de Al Qaeda que estaba atrincherado en un hospital en la sureña ciudad de Kandahar se inmoló el martes detonando un explosivo, dijo un funcionario afgano.

Un portavoz del gobernador de Kandahar, Gul Agha, dijo que los depuestos ministros de Defensa, Justicia y Minas e Industria se habían entregado a las autoridades de Kandahar, el antiguo bastión de los talibán. Por otra parte, un comandante tribal afgano informó que el jefe del departamento de información de la milicia y uno de sus miembros de mayor rango, Abdul Hayee Motmain, había sido detenido y entregado a las fuerzas estadounidenses. Estados Unidos prosigue su ofensiva militar sobre el terreno en busca de terroristas islámicos. Además, ayer añadió que la red Al Qaeda de Osama bin Laden y los talibán son los responsables de las víctimas civiles de los bombardeos estadounidenses, según afirmó en Kabul el enviado presidencial norteamericano para Afganistán, Zalmay Jalilzad.

«La responsabilidad en la muerte de civiles recae en los que iniciaron el conflicto, Al Qaeda y sus protectores, los talibán», dijo Jalilzad en conferencia de prensa. «La guerra es un asunto imperfecto» y «se cometen errores», afirmó. «No atacamos a civiles, pero desgraciadamente los civiles resultan afectados, a veces muertos, en el conflicto», explicó.

Jalilzad aseguró que los bombardeos seguirán hasta que los últimos focos de resistencia talibán y de Al Qaeda en Afganistán hayan sido eliminados. «Es importante, no sólo para nosotros, sino también para la comunidad internacional, por la amenaza que supuso y supone Al Qaeda para la estabilidad y consolidación del nuevo orden en Afganistán», añadió Jalilzad. Jalilzad declaró que la administración interina liderada por Hamid Karzai está totalmente a favor de que siga la campaña de bombardeos norteamericanos.