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Por primera vez desde la entrada en vigor de la nueva política económica en Argentina, un miembro del Gobierno rechazó ayer las «presiones» desde España, tanto del Gobierno de Aznar como de las empresas españolas, por el cambio de las reglas de juego para las empresas de servicios públicos y los sectores bancario y petrolero. El ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, dijo que «no es justificable la postura que hoy se toma desde España», en alusión a las reclamaciones por la situación de empresas españolas con fuertes inversiones en el país.

Sostuvo que las reclamaciones se justificaban hasta diciembre pasado, cuando la política económica «no estaba definida» y Argentina «estaba en el peor de los mundos. Todo esto se terminó y hay un plan sobre la mesa: a partir de acá, toda esa energía que se gastaba en 'lobby' (grupo de presión) y en legítimos intereses para defenderse hay que ponerla en salir adelante con este plan», apuntó De Mendiguren a la emisora local «Radio Mitre». Las declaraciones de De Mendiguren contrastan con instrucciones dadas a todos los ministros desde la Presidencia, según fuentes gubernamentales, para que se evite en los posible identificar a España o cualquier otro país en el pulso que tiene el Gobierno con las empresas de servicios públicos. Se calcula que las empresas y bancos españoles radicados en Argentina sufrirán pérdidas por valor de unos 2.600 millones de dólares a causa del cambio de rumbo económico.

De Mendiguren admitió la responsabilidad de los políticos argentinos en la crisis, pero dijo que aunque las empresas lo pidan, «es absolutamente imposible» que las tarifas se mantengan en dólares, en vista de los «esfuerzos a todo nivel» que hace este país para superar la crisis económica. El ministro de la Producción aseguró que hasta el cambio de rumbo económico los activos de las empresas de servicios públicos «valían cero». «Si este plan que se ha instrumentado y se ha decidido tiene éxito, esos activos van a volver a valer mucho en Argentina», estimó.

El ministro señaló que la posición del Gobierno argentino «ha quedado muy clara» después de escuchar reclamaciones «en el justo término» y de que Duhalde «no se ha dejado influir por estas presiones que se han recibido del Gobierno de España». Los capitales españoles, como los del grupo Telefónica y la petrolera Repsol YPF, han efectuado inversiones millonarias en los sectores de telecomunicaciones, distribución de electricidad, gas y petróleo, en los que también han apostado fuerte empresas de EE UU, Francia, Italia y el Reino Unido, entre las más importantes.