La violencia continuaba ayer en Colombia, pese a los avances para salvar el proceso de paz.

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EFE-LOS POZOS La delegación rebelde llegó a esta última jornada de trabajo con un proyecto propio de calendario para confrontarlo con la propuesta oficial, que las FARC recibieron hace dos días. La entrega del proyecto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue anticipada por el portavoz insurgente en el proceso de paz, Raúl Reyes, poco antes de que las partes pasaran a la sesión definitiva, que tiene como sede la aldea de Los Pozos, en la zona rural de San Vicente del Caguán.

Reyes admitió que los equipos negociadores avanzaron el sábado en los asuntos sobre los que existían coincidencias, incluido el calendario. «Los hemos separado, y hoy (ayer) queremos concretarlos y sumar otros nuevos», agregó el portavoz, que es miembro del «secretariado» o mando de la más antigua y numerosa guerrilla colombiana.

Tras dos días de silencio rebelde sobre el avance de las negociaciones, en las que las partes son «acompañadas» por una docena de delegados internacionales, Reyes se manifestó optimista en cuanto al desenlace de esta ronda. El líder guerrillero previó un acuerdo.

La visión insurgente fue la única ofrecida por las partes implicadas en el proceso en esta sesión definitiva, pero fue semejante a la expresada horas antes por el jefe de la comisión gubernamental, el alto comisionado para la Paz, Camilo Gómez. El consejero del presidente colombiano, Andrés Pastrana, dijo a la salida de la penúltima reunión, el sábado por la tarde, que «hemos logrado algunos desarrollos, pero aún falta trabajo».

El objetivo es «un calendario que le dé al país una guía clara y un horizonte preciso», insistió Gómez, que explicó que se trata de una agenda concreta para lo que el país reclama, que «es la tregua con cese el fuego y de hostilidades». Esa es la exigencia que ha hecho Pastrana, al declarar que ha fracasado el modelo de «dialogar en medio del conflicto» para renovar la zona de distensión, de 42.139 kilómetros cuadrados y que las FARC controlan desde el 7 de noviembre de 1998.