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El Gobierno británico publicó ayer un informe sobre los abusos de los derechos humanos supuestamente cometidos por el régimen iraquí, entre los que destaca la «tortura sistemática» de sus ciudadanos. El documento se basa en los testimonios de exiliados iraquíes y las pruebas recopiladas por Naciones Unidas, diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, y los servicios de inteligencia británicos.

Según el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, el informe resulta necesario para que «la gente entienda el mal generalizado que supone Sadam Husein». Además, el documento sirve para recordar que «existe un terror sistemático perpetrado diariamente por Sadam contra su propio pueblo». El informe comienza diciendo que Irak es un «país terrorífico para vivir» porque sus ciudadanos «temen constantemente el ser denunciados como oponentes al régimen». «La tortura -subraya el texto- es sistemática en Irak y las personalidades más importantes del régimen están involucradas personalmente».

Según el documento, las víctimas de esos castigos suelen ser principalmente oponentes al régimen, que sufren métodos de tortura como «sacarles los ojos, abusos sexuales, perforación de las manos con taladros eléctricos, baños con ácido, descargas eléctricas...». El Gobierno británico también denuncia que el «todopoderoso» Consejo del Comando Revolucionario, presidido por el propio Sadam, ha dictado decretos en los últimos diez años que imponen penas como la mutilación de miembros corporales para delitos criminales.

El dossier también acusa al Gobierno de Bagdad de otras violaciones de derechos humanos como el maltrato a niños y mujeres, que supuestamente son violadas, torturadas y «ejecutadas de forma sumaria». Asimismo, el Gobierno de Londres denuncia «las condiciones inhumanas y degradantes de los prisioneros políticos» en Irak y recalca que los «reclusos son golpeados dos veces al día en algunas cárceles del país. El informe concluye que Sadam Husein ha sido «despiadado».