La lucha se inició cuando tropas del Séptimo de Caballería fueron
atacadas por unidades iraquíes en medio de una intensa tormenta de
arena. «Al parecer, fuerzas terrestres trataron de atacar a nuestra
gente con lanzagranadas», dijo una fuente del Pentágono.
Las fuerzas norteamericanas precisaron que se encontraron con
una resistencia «tenaz» por parte del Ejército de Sadam Husein y
sus milicias en torno a la ciudad, ubicada a 80 kilómetros al sur
de Bagdad.
Poco antes, un oficial de los servicios de información
estadounidenses sobre el terreno había declarado que 300 iraquíes
habían muerto durante los combates en los alrededores de Najaf, a
150 kilómetros al sur de Bagdad, «en las últimas 24 horas».
El combate en Nayef ocurrió mientras aviones estadounidenses
continuaban bombardeando objetivos en el norte de Bagdad.
«Además, unos 250 combatientes fueron muertos en dos incidentes
separados en la orilla este del río Eúfrates y otros 100 en un
puente», indicó el general Buford Blount, comandante de la Tercera
división de infantería estadounidense.
Según el Pentágono, la batalla que libra el Séptimo de
Caballería en la zona contra «tropas irregulares» leales al régimen
del presidente Sadam Husein es la mayor desde el comienzo de las
hostilidades en Irak, hace seis días.
A esta cifra hay que añadir la de decenas de miles de niños que
pueden morir a causa de la guerra en Irak, una nación con la mayor
tasa de mortalidad infantil del mundo, según han advertido varias
organizaciones humanitarias en el Reino Unido.
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