Los cuatro hombres fueron acusados de organizar un atentado
suicida perpetrado en un hotel de la ciudad costera por un kamikaze
a quien dieron el equipamiento.
El atentado, que tuvo lugar durante las vacaciones de la fiesta
judía de Pesaj, costó la vida a 29 personas, además del kamikaze.
Este ataque palestino, el más mortal en 30 meses de Intifada,
provocó la reocupación israelí de casi toda Cisjordania.
Los cuatro condenados, todos miembros del Movimiento de
Resistencia Islámica palestino (Hamás), entregaron al kamikaze un
cinturón con explosivos, le dieron alojamiento y lo filmaron antes
de que llevase a cabo el atentado el 27 de marzo de 2002.
Cada uno de ellos fue condenado a 29 penas de cadena perpetua, a
las cuales se añadea una pena adicional de 20 años de cárcel.
Ninguno de los cuatro condenados manifestó su arrepentimiento por
su participación en este atentado. Todos ellos explicaron que
habían actuado de esta forma debido a la ocupación israelí de los
territorios palestinos.
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