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EFE-NACIONES UNIDAS
El futuro de las inspecciones en Irak amenaza con convertirse en un nuevo motivo de conflicto en el Consejo de Seguridad de la ONU, que todavía no se ha recuperado de la grave crisis provocada por la guerra.

En cualquier caso, parece claro que la discusión generará nuevos enfrentamientos, especialmente porque la ausencia de esas armas ha reforzado los argumentos de los países que se oponían a un ataque armado.

Por primera vez desde el inicio del conflicto, los quince miembros del Consejo tendrán que enfrentarse al dilema de qué hacer con las inspecciones cuando hoy se reúnan con el presidente de la Comisión de Verificación y Control del Desarme de Irak (UNMOVIC), Hans Blix.

En esta reunión saldrá a la luz lo que es una evidencia, que la localización de las temidas armas de destrucción masiva iraquíes es, por el momento, tan desconocida como la del derrocado presidente iraquí Sadam Husein. Si bien no se espera que de este encuentro salga ninguna decisión, sí servirá para conocer la posición de los distintos países y, sobre todo, si Estados Unidos apoya el regreso de los inspectores o si, como se espera, enviará a sus propios equipos.

A pesar de la caída del régimen de Sadam, las resoluciones contra Irak siguen vigentes y con ellas las sanciones económicas que Estados Unidos quisiera ya eliminadas para iniciar su programa de reconstrucción. Pero para que eso ocurra, es necesario declarar a Irak libre de armas de destrucción masiva, y eso sólo lo pueden determinar Blix y su equipo.