Como cada año, los chiíes recuerdan el paso de los cuarenta
primeros días de la muerte de Al Husein, cuando los familiares
celebran el primer aniversario de un fallecimiento. Cánticos,
rezos, pancartas, banderas verdes -color del Islamy negras -de los
chiís- acompañaban a una muchedumbre abigarrada que portaba iconos
del líder espiritual, decapitado hace unos 1.350 años durante una
batalla el centro del Irak actual.
«No al colonialismo, no a la ocupación, no al imperialismo»,
corearon cerca de 3.000 fieles que repetían las palabras de un
religioso montado en el camión que abría el cortejo, en la
explanada del mausoleo del imán Hussein. «Si Estados Unidos se
queda aquí sufrirá», añadieron, lanzando también consignas contra
Israel. «Sí al chiísmo, sí al sunnismo, sí a la unión del Islam»,
gritaban.
Miles de musulmanes pudieron conmemorar ayer por primera vez la
muerte del líder espiritual de los chiíes Al Husein, nieto de
Mahoma, después de que Sadam Husein hubiera prohibido la
celebración durante años para prevenir revueltas y enfrentamientos
con fieles de la rama suní del Islám.
Una riada de hombres, mujeres y niños se acercó desde primera
hora de la mañana a la mezquita consagrada en las afueras de Basora
a Alí, yerno de Mahoma y padre de Al Husein. Por el contrario, el
templo suní situado justo enfrente estaba completamente vacío.
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