La policía investiga en el lugar donde se produjo el atentado suicida de ayer en Chechenia.

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SERGIO IMBERT-MOSCÚ
Entre siete y 30 personas, según datos contradictorios, murieron y hasta 150 fueron heridas en el acto terrorista perpetrado por dos mujeres kamikaze durante una fiesta musulmana a la que asistían miembros del Gobierno provisional implantado por Moscú en Chechenia. Las terroristas activaron la carga explosiva adosada a su cuerpo en la localidad de Ilasjan-Yurt, a 40 kilómetros al este de Grozni, donde unos 15.000 musulmanes se habían congregado para celebrar la fiesta del cumpleaños del profeta Mahoma.

Al final de la jornada, fuentes chechenas y rusas elevaron el saldo mortal a 30 muertos y 150 heridos, 50 de ellos muy graves, y finalmente se desmintieron a sí mismas y afirmaron que han muerto 14 personas, incluidas las dos kamikaze, y ha habido 145 heridos. El pasado lunes, tres suicidas cometieron otro ataque en Známenskoe, a 60 kilómetros al noroeste de Grozni, donde murieron 59 personas y otras 200 resultaron heridas, según los últimos datos.

El jefe de la Administración prorrusa, Ajmad Kadírov, el blanco más probable del atentado, salió ileso a pesar de que la explosión se produjo a pocos metros del lugar donde él se encontraba junto al muftí supremo de Chechenia, Ajmad Shamáyev. Testigos dijeron que las mujeres se dirigieron hacia Kadírov después de la oración, que hombres y mujeres realizan por separado, pero fueron detenidas por los guardaespaldas y que entonces activaron los cinturones explosivos.

El fiscal de Chechenia, Vladímir Krávchenko, informó de que una mujer fue identificada como Shajidá Baimurádova, de 45 años, miembro de la asociación de veteranos guerrilleros de la ciudad de Gudermés, y llevaba encima el certificado de defunción de su marido en 1999. Tras el atentado, se habló primero de diez, después de 12 y por último de «más de 20» muertos, incluidos cuatro guardaespaldas, aunque más tarde redujeron el número de víctimas a «siete u ocho».