El subjefe de Policía David Purnell declaró que la muerte de
Kelly se debió a una hemorragia en la muñeca izquierda, provocada
por un objeto cortante y añadió que «aunque las investigaciones
continúan, no hay indicaciones, en este momento», de que haya otras
personas «implicadas» en su muerte. Los agentes hallaron en el
lugar donde se encontró el cuerpo un cuchillo y pastillas de
Co-Proxymol, un analgésico que sólo se vende por prescripción
médica y que se utiliza en uno de cada 20 suicidios en Reino Unido.
Tras la identificación formal del cadáver por parte de la Policía,
la familia de Kelly denunció que «los acontecimientos de las
últimas semanas hicieron intolerable la vida de David» y apeló a
todos los implicados a «reflexionar larga y seriamente», en un
comunicado leído por un portavoz de la policía de Thames
Valley.
El ministro de Defensa británico, Geoffrey Hoon, anunció ayer
que el Gobierno británico ha pedido una investigación «urgente»
sobre la tragedia. En un comunicado difundido por su Ministerio,
precisó que la investigación ha sido encomendada a Lord Hutton,
magistrado en el seno de la más alta instancia judicial
estadounidense, en la Cámara de los Comunes.
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