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La entrevista celebrada ayer entre los primeros ministros de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Ariel Sharon y Abu Mazen, respectivamente, acabó en fracaso, lo que deja el futuro del proceso de paz pendiente del próximo viaje de ambos a la Casa Blanca. «Muy dura y de altos tonos» fue la breve descripción que hizo la delegación palestina de la entrevista y en la que, al parecer, hubo un grave intercambio de acusaciones.

La reunión concluyó sin resultados inmediatos, con vagas promesas por parte de Israel y no poca frustración entre los palestinos, según diversas fuentes. Como ejemplo de la tensión que se vivió en la reunión, una fuente de la delegación de la ANP dijo que Abu Mazen se negó tajantemente a recibir en sus manos la lista de 350 presos palestinos que Israel dejará en libertad, por considerar que es insuficiente. El asunto de los más de 6.500 presos palestinos es uno de los temas cruciales en este momento del proceso de paz y, con su actitud de rechazo, Abu Mazen dio a entender que la lista de prisioneros es también objeto de negociación.

Abu Mazen rechazó la lista porque su número es insuficiente y porque Israel no incluye en ella más que delincuentes comunes y los llamados «presos administrativos», es decir los encarcelados sin juicio y a punto de ser liberados de cualquier forma. La ANP exige que se ponga en libertad no menos de 450 presos y que, además, se dé prioridad a los que llevan más de 20 años en prisión, que son los condenados en Israel por delitos de terrorismo.