TW
0

EFE-FREETOWN
El asediado presidente de Liberia, Charles Taylor, renunció ayer a su cargo y partió al exilio tras traspasar el poder a su vicepresidente, Moses Blah, quien encabezará un gobierno interino que tiene como objetivo sacar al país de la guerra civil.

Entre los invitados al acto estuvieron el presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, de Ghana, John Kufuor, y de Sudáfrica, Thabo Mbeki.

Las autoridades nigerianas, que han ofrecido asilo político a Taylor, están preparando una lujosa mansión en Calabar, capital del estado sureño de Cross River, donde se alojará el antiguo mandatario liberiano y su nutrida comitiva.

«Me voy, pero Dios mediante, volveré», afirmó Taylor en su discurso de despedida ante los dignatarios asistentes a la ceremonia de traspaso del mando, celebrada en el palacio gubernamental en Monrovia, la capital liberiana.

Chissano es el presidente de turno de la Unión Africana (UA), Kufuor, por su parte, encabeza la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental (CEDEAO) y Mbeki es uno de los precursores de la Nueva Asociación para el Desarrollo de Africa (NEPAD, en inglés).

Con semblante sombrío, Taylor, vestido con un traje safari blanco, advirtió a sus colegas de que la pacificación de Liberia «debe ser un asunto africano» y no tienen que permitir que la formación de un nuevo gobierno sea dictada desde el exterior.