Chirac, Schröder y Blair se reunieron ayer en Berlín.

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Alemania, Francia y Reino Unido mantienen sus diferencias sobre cómo y cuándo debe devolverse la soberanía a los iraquíes, pero comparten el mismo objetivo final de hacer un Irak democrático y estable. El canciller alemán, Gerhard Schröder, el presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair, mostraron esas diferencias en rueda de prensa tras una reunión que, a pesar de las espectativas, terminó en tablas.

Recordó que Francia defiende una transferencia del poder a los iraquíes «inmediata, en cuestión de meses y no de años, lo que significa un traspaso rápido y progresivo del poder a las instancias iraquíes actuales». Se refirió en concreto al Consejo de Gobierno Provisional iraquí. Blair, que además de apoyar la guerra en Irak también comparte con el presidente norteamericano, George Bush, una misma visión sobre el futuro del país árabe, opinó que la ONU ya posee un papel destacado y dijo: «por eso fue atacada». El primer ministro británico se refirió al atentado contra la sede de la ONU en Bagdad del pasado día 19 de agosto.

Schröder dijo, sin entrar en más detalles: «Hemos llegado a puntos comunes y por tanto se puede hablar de progreso». Chirac fue más explícito y reveló que los principales escollos de la negociación son el papel que desempeñará la ONU y «el calendario y la modalidad» para la devolución de la soberanía al pueblo iraquí. «Las Naciones Unidas deben desempeñar un papel crucial en Irak, mucho más importante del que representan ahora, la ONU representa la comunidad internacional», dijo.

Los tres dirigentes coincidieron en la necesidad de que la presidencia italiana de la Unión Europea concluya su semestre con éxito, lo que implica un acuerdo sobre la ahora cuestionada Constitución europea presentada por la Convención. Schröder y Chirac reiteraron su oposición a reabrir las negociaciones, mientras que Blair destacó la necesidad de que la Conferencia intergubernamental sea exitosa, pues «ese acuerdo es fundamental para Europa, sobre todo para una Europa que deberá funcionar a 25».