25/09/03 0:00
EFE-ESTOCOLMO
La investigación sobre el asesinato de la ministra sueca de Asuntos
Exteriores, Anna Lindh, dio ayer un giro inesperado cuando el
hombre de 35 años que estaba detenido como único sospechoso del
crimen quedó en libertad, al tiempo que la Policía detuvo a otra
persona contra la que hay más pruebas. La presión social y las
declaraciones policiales sobre el primer detenido se fueron
suavizando a lo largo de esta semana y ya en los últimos días la
prensa sueca se mostraba muy escéptica sobre la cantidad y calidad
de las pruebas de que disponía la fiscal Agneta Blidberg para
acusarlo del asesinato.
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