El hotel Al Rachid, símbolo de la ocupación estadounidense y
lugar donde trabajan la mayor parte de corresponsales de prensa
norteamericanos, resultó atacado al amanecer con proyectiles que
podrían ser obuses de mortero o cohetes. Se registraron «daños
menores» en el piso 14, según un portavoz militar. Se trata del
segundo ataque en los últimos tres días contra un hotel. El pasado
jueves, estalló un artefacto frente al hotel Aike, donde se aloja
un equipo de la cadena de televisión norteamericana NBC, matando a
un empleado del establecimiento e hiriendo a otras dos personas.
Mientras, cuatro civiles iraquíes, incluidas dos mujeres,
fallecieron en la noche del viernes y otras ocho quedaron heridas
por disparos de soldados estadounidenses contra sus vehículos a la
entrada de Faluyá (50 kilómetros al oeste de Bagdad), según fuentes
médicas iraquíes.
Washington ya ha anunciado la apertura de una investigación para
determinar las causas de este suceso y si fue un nuevo error. Por
otra parte, el Pentágono aprobó este fin de semana la movilización
de dos brigadas de la Guardia Nacional, 10.000 efectivos en total,
con vistas a su despliegue en Irak el año que viene, al tiempo que
puso en alerta para el alistamiento de un tercer contingente de
5.000 hombres. Los llamamientos de Washington solicitando refuerzos
en Irak, en particular turcos, surcoreanos, indios y paquistaníes,
no han encontrado eco hasta el momento. En la actualidad, hay
alrededor de 160.000 soldados extranjeros en Irak, de los que
140.000 son estadounidenses y 10.600 británicos.
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