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Rusia proclamó ayer todo el espacio ex soviético como su zona de interés estratégico y exigió a la OTAN que renuncie a su doctrina «ofensiva» y sus declaraciones antirrusas, bajo la amenaza de activar una reserva secreta de misiles nucleares. Esta nueva doctrina militar fue presentada ayer, dos meses antes de los comicios parlamentarios y una semana después de la cumbre ruso-estadounidense. En una reunión de la cúpula política y militar celebrada en el Kremlin, el presidente Vladímir Putin destapó «algo que ya saben el ministro de Defensa, el jefe del Estado Mayor y el comandante de las Fuerzas Espaciales»: Rusia tiene decenas de potentes cohetes almacenados en secreto y listos para aumentar en cualquier momento y de inmediato el potencial estratégico ruso.

«Rusia dispone de una notable reserva de misiles estratégicos pesados de emplazamiento terrestre», declaró Putin, y precisó: «Se trata de los cohetes más potentes, que tenemos a decenas, con varios centenares de ojivas nucleares». Más adelante, el «número uno» del Kremlin explicó que estos cohetes UR-100 N-UTTJ, capaces de portar cabezas múltiples, se almacenan «en seco», es decir sin combustible y, que pese al tiempo de conservación, «son nuevos» y «tienen un gran plazo de vida». «Nunca han estado en servicio, y su capacidad de superación de cualquier tipo de sistema antimisiles no tiene análogos» en el mundo, añadió.

La sorpresa de la revelación de Putin reside en que esta reserva hasta ahora desconocida se añade a los 150 UR-100 que Rusia tiene ya en servicio, desplegados en silos y dotados de 900 cargas atómicas con un potencial de 750 kilotones cada una. Putin subrayó que Rusia «cumple estrictamente» el Tratado de Reducción Estratégica firmado en mayo de 2002 con Estados Unidos, pero recordó que este mismo acuerdo permite a ambos países no sólo destruir, sino también almacenar sus cargas atómicas.