Al menos siete personas murieron ayer en el ataque contra un
autobús en el que viajaban fieles musulmanes chiíes que se dirigían
a una mezquita para asistir a la oración del viernes en Karachi,
según el último balance oficial ofrecido por las autoridades, que
precisaron que dos de los heridos habían fallecido en el
hospital.
La explosión mortal ocurrió pasado el mediodía, cuando 35 filipinos
cumplían con la tradicional oración del viernes musulmán en la
mezquita del complejo de la Administración de Irrigación Nacional
(NIA, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Midsayap, en la
provincia de Cotabato del Norte, a unos 940 kilómetros al sur de
Manila.
Inicialmente se había informado de la muerte de cinco chiíes por
los disparos realizados por dos desconocidos desde una moto contra
una furgoneta de la Organización de Investigación Espacial y
Atmosférica (SUPARCO, por sus siglas en inglés) en la que sus
empleados se dirigían a la oración en Mauripur, al oeste de
Karachi.
Según el responsable de la Policía de Karachi, Tariq Jamil,
citado por la cadena de televisión Geo, aparentemente el ataque fue
un acto «sectario» ya que el objetivo eran fieles musulmanes de la
rama chií. Al parecer, los empleados de SUPARCO realizaban todos
los viernes este trayecto de camino a la mezquita, precisó.
Además, al menos tres musulmanes murieron ayer y otros 32
resultaron con heridas de diferente consideración en un ataque con
granadas a una mezquita en la conflictiva Mindanao, en el sur de
Filipinas.
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