Italia vivió ayer una huelga general de cuatro horas contra la reforma de las pensiones.

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La huelga general de cuatro horas contra la reforma de las pensiones aprobada por el Gobierno italiano finalizó con la habitual «guerra de cifras» entre los sindicatos, que sitúan el seguimiento entre el 70 y el 80 por ciento, y la patronal, que lo rebaja al 30 por ciento.

En un comunicado conjunto, las tres principales centrales italianas, la izquierdista Cgil y las centristas Csil y Uil, cifran el número de huelguistas en diez millones, con una media de entre el 70 y el 80 por ciento de los trabajadores por cuenta ajena.

El presidente de la patronal Confindustria, Antoni D'Amato, dijo que los empleados que secundaron la convocatoria no superaron el 30 por ciento. Desde el Gobierno no se facilitaron datos.

La repercusión del paro fue más evidente en los servicios, ya que las escuelas y oficinas públicas, incluidas las de correos, no abrieron durante todo el día y los bancos sólo lo hicieron por la tarde.

También se notó de forma especial en el sector del transporte de viajeros en las horas centrales del día y sólo Alitalia se vio obligada a suspender 155 vuelos y a dejar en tierra a 24.000 pasajeros.

La huelga general de cuatro horas tuvo su puesta en el centenar de manifestaciones que recorrieron las principales ciudades del país y que reunieron a decenas de miles de personas: 150.000 en Roma, 80.000 en Bolonia y 70.000 en Nápoles, según los sindicatos.