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BAGDAD-FRANCE PRESS
Un soldado estadounidense murió y otras quince personas resultaron heridas ayer domingo en un ataque con misiles contra el hotel Al Rachid de Bagdad en el que se hospedaba el subsecretario de Defensa estadounidense, Paul Wolfowitz, que salió ileso.

«Un soldado estadounidense murió. Siete civiles también norteamericanos resultaron heridos junto con otros cuatro militares y cuatro ciudadanos extranjeros», informó un portavoz del Ejército estadounidense al hacer referencia al saldo del ataque contra el hotel Al Rachid. Entre los ciudadanos extranjeros heridos figura un civil británico, según el Foreign Office.

En declaraciones formuladas poco después del ataque, Wolfowitz subrayó que Estados Unidos iba a «continuar con su misión» y no se dejaría intimidar por «los criminales que buscan desestabilizar este país y que abusaron y torturaron a Irak durante 25 años», en alusión al régimen de Sadam Husein.

El responsable estadounidense improvisó una rueda de prensa en la que apareció visiblemente emocionado, con la voz alterada y sin corbata. «Continuaremos nuestro trabajo pese a los actos desesperados de un régimen moribundo», afirmó, tras estimar que los norteamericanos en Irak, civiles o militares, son «héroes».

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, también condenó el ataque con misiles contra un hotel en Bagdad en el que se hospedan ciudadanos estadounidenses y afirmó que Washington no esperaba que los ataques terroristas alcanzasen esta escala después de haber declarado el final de las grandes operaciones militares.