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EFE-GINEBRA
Estados Unidos perdió ayer definitivamente una importante batalla contra la UE y siete países, entre ellos Brasil y China, después de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) confirmara en segunda instancia la ilegalidad de sus aranceles especiales de hasta un 30 por ciento que protegen su industria siderúrgica.

Tras estudiar el recurso presentado por Washington, el órgano de apelaciones de la OMC ratificó, con ligeras modificaciones, el veredicto emitido en julio, que declaró esos aranceles contrarios a los compromisos multilaterales de Estados Unidos.

Los aranceles, anunciados por la Casa Blanca el 5 de marzo de 2002, habían sido denunciados además por Japón, Corea, Suiza, Noruega y Nueva Zelanda, que, al igual que los otros demandantes, argumentaron su falta de justificación ya que EE UU no había logrado probar el supuesto daño a su industria de esas importaciones. En una declaración conjunta, los países co-querellantes se felicitaron por el informe.

«Estados Unidos no tiene ahora más remedio que poner fin sin dilaciones» a esos aranceles proteccionistas, señala la declaración, que recuerda a Washington que los miembros perjudicados podrán tomar en caso contrario represalias comerciales.

EE UU se expone ahora a fuertes sanciones de la Unión Europea, que podrían llegar a 2.200 millones de dólares, según advirtió la pasada semana en Washington el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, tras entrevistarse con el representante de Comercio Exterior de EE UU, Robert Zoellick.

El veredicto del órgano de apelaciones tendrá efecto a partir de que lo oficialice la OMC, lo que debe ocurrir en un plazo máximo de un mes. Si EE UU no elimina las sanciones cinco días después, Bruselas tomará las represalias a las que tiene derecho, agregó Lamy durante su estancia en la capital estadounidense.

La UE podría elegir de entre una larga lista de exportaciones de EE UU una serie de productos -desde cítricos hasta las motocicletas Harley-Davidson, calzado o textiles- a los que sancionar con elevados aranceles.

EE UU manifestó su desacuerdo. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, añadió que Bush no ha tomado una decisión sobre si retirará los aranceles.